Sunday, November 12, 2006

Todorov y nosotros

Leímos según lo previamente acordado "Los abusos de la memoria" de Tzvetan Todorov. La apreciación del grupo fue unánime: no es filosofía, está muy simplón, y este tipo, aparentemente realizó un ensayo muy superficial de la memoria. La dureza en la crítica no radicó en que haya sido totalmente destructiva sino en que deslegitimó la obra de un personaje aparentemente importante para el mundo de la, llamada por Julián, sociología del símbolo. Me acuso de ignorante y lo dejé manifiesto ante todos cuando señalé brevemente la producción de Todorov que he visto en estanterías bibliotecarias al lado de la de personas como Baudrillard, Lipovetsky pero más de la apreciación del buen diseño de los bibliotecarios que ayudan a categorizar este tipo de libros recientes, me di a la tarea de abusar de nuestra gran enciclopedia en línea, Wikipedia, y transcribo el link para que cualquiera conozca a este señor.
El link es http://es.wikipedia.org/wiki/Tzvetan_Todorov, espero que lo lean, no es sociólogo. Pero esto no es importante, socióogo o no, ha legado obras a la producción del pensamiento y para eso estamos en el círculo.
¿Nos desvelamos? Sí, empezamos no puntualmente. Los que llegaron temprano fueron Carlos Rosado, Julián, Silvia, Ledy y Carlos Notario, yo llegué 15 minutos tarde (lo siento chicos, perdónenme, lo siento... -¡qué vergüenza!-) después de mi llegada accidentada, nos acompañó Antonio, 10 minutos después Silvia Cuevas nos engalanó con su presencia. Ella fue la primera persona que acudió a estas noches de desvelo cuando empezó esta comunidad literaria, no conoció a los demás, y creo que eso la desilusionó, que sólo fuimos dos personas. Después llegó Roly, un amigo filósofo del D.F. quien sin leer porque estaba de paso en la ciudad y se enteró imprevistamente, con sólo escuchar lo que comentamos rápido captó de qué estábamos discutiendo y se sumó a la chorcha. Muy atrasado llegó Adalberto, pero eso lo sabíamos. También se nos sumó un chico, cuyo nombre no recuerdo pero es amigo de Carlos Notario y Ledy, y esos fuimos todos los que estábamos en la mesa. Somos una gran familia.
Posteriormente tuve la oportunidad de platicar con Silvia Ayala sobre esta gran extensión de miembros que me está dando algo de miedito, debería ya de rentar una sala de conferencias, o hacer las discusiones en casa de alguien, somos muchos y eso perjudica la audición y comprensión mutua porque la disposición de las sillas y mesas que es lineal no favorece el diálogo entre los opuestos del rectángulo que forman nuestras mesas. Creo que deberíamos cerrar filas. Esta opinión no la compartió mi estimada amiga filósofa, ella piensa "mejor, hay diversidad". Así es como en aras de la diversidad de pensamiento el círculo de lectura no se cierra, más bien queda abierto, sin ser círculo.
Como puse en un post anterior a este, esta reunión me hartó por las interrupciones que a mí en lo personal, me distraían. La música tan elevada, las interrupciones de los camareros, los hostess, los celulares, los miembros (y me incluyo), no me gusta este ambiente.
Pero pasando a Todorov, o regresando a él, me apena decirle a la comunidad cibernauta que fue deslegitimado por no hacer "seria filosofia". En lo particular desconozco eso de "seria filosofía" o hacer "buena filosofía". Unamuno escribió con un estilo retórico visceral, Nietzche es poéticamente desgarrador, sólo le falta que salga de las páginas de sus obras y nos pegue, Platón está muy dialogado y abstraído, los contemporáneos filósofos académicos se las dan a pensar en la interpretación realizada a la luz de X, algunos hasta parecen lectores de Evangelios cuando citan en deícticos: según Aristóteles, según Wittgeinstein, etc. Como si no pudiera aparecer como propia autoridad el yo pienso, yo creo, yo sostengo. Esta sumisión de la primera persona a la tercera es lacerante y es algo ya discutido pero no tragado con ligereza por nosotros.
El caso es que Todorov no es filósofo, según todos, según yo (vean mi autodeíctico) pudiera ser, pensé "¿cómo están tan seguros?" y los incité a analizar sus premisas, por decirlo de una manera bonita. Todorov menciona el caso de Auschwitz, a lo que Julián dijo que "está en el discurso de la Escuela de Frankfurt", sí, muchos de esa escuela toman a Auschwitz como parangón de los horrores del siglo XX y lo usan para señalar la irracionalización del hombre moderno. Hasta aquí delineamos el punto de partida de este filósofo búlgaro, como nos recalcó Carlos Rosado.
En el libro leído se habla de los abusos no sólo de la memoria sino del poder. Son las instancias de poder las que forjan la memoria colectiva, lo cual criticó Julián, dijo "no tenemos memoria colectiva" y se apoyó en la interpretación subjetiva de la conciencia frente al datum. Los demás le secundaron. Hasta aquí el grupo concluyó que no hay una interpretación sino muchas, no hay un objeto sino muchos, los que cada quién pretenda ver. Sin embargo, y no por pesadez sino por firme convicción con la existencia de la ontología, ¡y qué bueno que hay un libro de ontología programado!, asumí que sí hay un datum, una realidad objetiva que es libremente interpretada pero que eso permite hablar de una memoria colectiva por la existencia del hecho objetivo que es conocido por todos y por ello accesible a la memoria. A Julián no le pareció que haya reducido la memoria a los hechos, le cuestioné su postura epistemológica para centrarla en la base de la misma, la ontología. Mi tesis fue: si hay datos objetivos entonces hay memoria colectiva en tanto sea accesible a los demás sujeto con capacidad de recordar, y aquí entramos al hecho de la subjetividad. ¿Qué recordamos? Lo que nos afecta. Puse por ejemplo cuando iba a ganar "Amores perros" el Oscar por mejor película extranjera y no fue así, todos, todos los que accedimos al hecho (vimos la tele) tenemos la misma memoria (colectiva) en tanto recordamos algo que nos afectó como comunidad. Hay lazos emotivos que nos sacan los recuerdos. Carlos Rosado se puso él mismo como ejemplo. Como mexicano-canadiense cuando está en un país recuerda al otro, cuando está en el otro entonces se acuerda del anterior. Y aquí nuestro querido amigo nos metió al tema de la identidad cultural. ¿Es necesaria la identidad cultural para tener memoria colectiva? Sí si pensamos que la memoria nos constituye como seres humanos, y en este caso como colectividad. El fiero varón de la mesa arremetió con lo que él ha llamado "el recurso del ejemplo" y nos dejó uno referente a una persona que le dije "es cosmopolita y en cuanto tal tiene una identidad cultural". El caos fue tal que todos ejemplificaron con el mejor caso que les pudiera parecer para defender lo que Roly llamó "un rezago del posmodernismo", no recuerdo si fue antes o después de acusarme por "tomar una postura tomista" y a Julián por tener una "postura posmoderna". Aclaro aquí, y esto no lo hice en la mesa, no tomé una postura tomista que tan ajena me es en mi realidad personal actual... Como sea, me acusó de tomista y a mi directo y fiero varón interlocutor le dijo posmoderno. Se preguntarán ¿y los demás? Nos vieron polemizar, discutir, pelear, etc. Y abro un gran paréntesis: ¡oigan participen!.
El caso fue que para todos el desorden entró por la disparidad aparente de posturas irreconciliables entre sí por antagónicas en sus tesis. Todos daban ejemplos, todos hacían monólogos, todos tenían la viveza del fenómeno actual, de la aparente indeterminación del hombre contemporáneo. Yo en lo particular no creo que el hombre contemporáneo sea tan original que no aplique a categorización alguna. Puse el ejemplo, ya que eso se hizo, del cinismo. El hombre cínico, tan diferente del ciudadano ateniense, no era susceptible de ser mencionado bajo ningún concepto y sin embargo no es así, fue en su momento y ahora, plenamente tipificado.
El hombre contemporáneo es igualmente tipificable. Dijo Julián "si pertenezco a un grupo, y luego a otro, y así a otro, ¿a dónde pertenezco? ¡A ninguno!"Buena lógica, me dejó en la aporética. Pero dije sí hay identidad cultural para el hombre contemporáneo, su cosmopolitismo y libre adhesión se la conforman. El sentir actual es hipersubjetivista, ¿quieren ejemplos?, ¡vean la proliferación de blogs!. Cada vez nos encerramos tanto en nuestro propio discurso que no escuchamos a los demás a menos que querramos y generalmente cuando eso sucede es por un sentimiento común que es lo que favorece la libre adhesión de cualquiera a cualquier grupo. Los lazos de identidad actual no son territoriales son sentimentales. Hay una gama amplia de sentimientos, afectos, voliciones internas e irracionales que son el común denominador de la vida actual. Eso nos da una identidad y recordamos en función de lo que más nos pega, ¿cómo olvidar el 11 de septiembre? ¡Imposible! La humanidad entera se solidarizó porque a todos les dolió el sufrimiento ajeno. ¿Es justicia divina? ¿Es justicia política? ¡Qué importa! Atenta contra los Derechos Humanos que ahora más que un organismo supragubernamental es una entidad a priori y eso basta, ¿hay qué pensar? No, es evidente y se acabó el asunto.
Yo sí defendí la identidad cultural del, llamado por Roly, hombre posmoderno, defendí la memoria colectiva del mismo, en fin mi propia postura. Y como no quiero que este post parezca blog personal debo acusar que mis interlocutores directos, Julián y Roly se la pasaron platicando posteriormente a lo que yo comenté y no me enteré de nada porque yo estaba en un extremo de la segunda mesa colocada para todos los miembros mientras ellos estaban sentados cuasi juntos y el diálogo fue en petite comité. Y no escuché más nada.
Posteriormente a este acalorado debate, quise centrarme en la lectura realizada, porque generalmente usamos de pretexto a estos libros para dar nuestra interpretación propia o lo que dijo Carlos Rosado "círculo hermenéutco", sólo que él usó esta palabra con otro fin que, en su contexto, no me quedó claro, acuso a mi locación.
Ledy constantemente nos recordó la separación de memoria ejemplar y memoria lineal que da Todorov, se las explicamos a los invitados que fueron pero sin haber leído, y es muy sencillo. La memoria lineal es la dada por el orden de los acontecimientos, la ejemplar es la impuesta por las instancias de poder que no sólo nos ayudan a recordar sino a olvidar lo que no les conviene. Yo dije "sí es cierto" y me apoyé, al fin, se le tachó a Todorov de sociólogo, en la clase media, que él mismo da como referencia para el multiculturalismo o cosmopolitismo. La clase media está más cerca del cuarto poder (mass media) junto con la burguesía en todos sus niveles, y por ello accede a los discursos ultraorganizados desde la élite del poder, quienes nos mantienen informados respecto al acontecer "mundial". Los que nos adoctrinan. ¿Carlos Notario habló del adoctrinamiento?
El caso fue que no insistimos más con el tema y lo agotamos para chorchear sobre otras cosas tras acalorarnos hora y media en esto.
Nos fuimos a las diez, como es costumbre.

1 comment:

Carlos J. Notario G. said...

Buen argumento Erika, eres muy buena relatora. saludos